Hablemos de la frustración
La situación de aislamiento social que hoy estamos
atravesando nos enfrenta permanentemente con esta palabra y
nos exige como adultos contar con herramientas para poder
superarla
¿Cómo ayudamos a los niños para que desarrollen habilidades
que les permitan enfrentarse de manera positiva a los distintos
desafíos que se les presentan en la vida?
La frustración es una vivencia emocional que se presenta
cuando un deseo, un proyecto, una ilusión o una necesidad no
se llega a satisfacer o a cumplir. Cuando un deseo o una ilusión
no se cumplen se experimenta en mayor o menor medida una
serie de emociones como el enojo, la tristeza, la angustia, la
ansiedad, etc.
Tolerar la frustración significa ser capaz de afrontar los
problemas y limitaciones que nos encontramos a lo largo de la
vida, a pesar de las molestias o incomodidades que puedan
causarnos. Por lo tanto, se trata de una actitud y, como tal,
puede trabajarse y desarrollarse.
Intentar complacer siempre a los chicos y evitar que se sientan
frustrados ante cualquier situación no favorece su desarrollo
integral como persona, ya que cuando sean adultos deberán
enfrentarse a circunstancias tanto de éxito como de fracaso.
Algunas sugerencias para enseñar a los chicos a tolerar mejor
sus frustraciones:
1. Dar el ejemplo. La actitud positiva de los padres a la
hora de afrontar las situaciones adversas es el mejor
ejemplo para que los hijos aprendan a sobrellevar sus
problemas.
2. Cultura del esfuerzo. Es importante enseñar a los
chicos que es necesario esforzarse. Así aprenderán que
el esfuerzo es, en muchas ocasiones, la mejor vía para
resolver algunos de sus fracasos.
3. No darle todo hecho. Si se le facilita todo al niño y no
se le permite alcanzar sus retos por sí mismo, es difícil
que pueda equivocarse y aprender de sus errores para
saber cómo enfrentarse al fracaso.
4. No ceder ante sus enojos. Las situaciones frustrantes
derivan, en muchos casos, en enojos o caprichos. Si los
padres ceden ante ellas, el pequeño aprenderá que esa
es la forma más efectiva de resolver los problemas.
5. Marcarle objetivos. Hay que enseñar al chico a tolerar
la frustración poniéndole objetivos realistas y
razonables, pero sin exigirle que se enfrente a
situaciones que, por su edad o madurez, sea incapaz de
superar.
6. Convertir la frustración en aprendizaje. Las
situaciones problemáticas son una excelente
oportunidad para que los chicos aprendan cosas
nuevas. De esta forma, podrán afrontar el problema por
sí mismos cuando vuelva a presentarse.
7. Enseñarles a ser perseverantes. La perseverancia es
esencial para superar situaciones adversas. Si los
chicos aprenden que siendo constantes pueden
solucionar muchos de sus problemas, sabrán controlar
la frustración en nuevas ocasiones.
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